En los pocos estudios sobre estudiantes argentinos que abandonan la universidad suele predominar un carácter punitivo sobre la deserción, porque la meta a lograr es la carrera universitaria terminada y el resto de las trayectorias incompletas constituyen casos desviados del tipo ideal representado por el graduado. Se desconocen, por ello, las trayectorias laborales de los estudiantes que no terminan su carrera universitaria, ignorando cuáles son sus perfiles, su origen social o sus motivaciones, el porqué de cierta resistencia al estudio o a la propia situación del “ser” estudiante.