Sergio G. Siminovich analiza un arsenal de elementos, que llama “Condimentos”, ya que servirían para enriquecer la mirada y praxis de la ejecución de obras barrocas. Dado la falta de signos interpretativos en dichas partituras, el autor se detiene en uno de los aspectos más excitantes: las variaciones rítmicas que permite la Agógica.