Es la historia y el retrato de un hombre de la mar, un duro oficio al que estuvo destinado prácticamente desde la cuna. Alguien que, aunque mayor cuando se inicia el relato, no siempre lo fue y que, en un pasado, no tan lejano, aunque pueda parecer una eternidad, atesoró sueños e ilusiones como cualquier niño; muchos se cumplieron y otros fueron quedando en el camino de la vida. Su trabajo fue la mar, que le proporcionó gran cantidad de aventuras y algún que otro susto. Como un Ulises de nuestro tiempo, nos embarcará en sus viajes desde la costa levantina, donde inicia sus andanzas, hasta el Atlántico, en el golfo de Guinea, un océano donde los pescadores se juegan la vida y, en muchos casos, la pierden. Este libro va sobre él, pero no solo de él. Como en cualquier vida, muchas otras personas, además de su protagonista, la habitan e influyen y terminan moldeando qué eres y cómo eres. Conoceremos, pues, a los miembros de su familia, a los que están y a quienes ya le dejaron; familia de la que estuvo alejado demasiado tiempo, pero a la cual dedicó su existencia. Nos descubrirá su entorno, a sus vecinos y también su pueblo, en otro tiempo dedicado a la pesca y donde sardinales y jábegas se enseñoreaban del paisaje y de la mar, pero que hoy ha mudado y trata de sobrevivir al Sol del turismo. No se trata de una novela, puesto que relata hechos que ocurrieron realmente, pero tampoco pretende que se la considere una biografía. En definitiva, se trata de la historia de alguien que, junto con el resto de los habitantes de ese pueblo malagueño y, en general, de todos los pueblos de España, han sido protagonistas de la Historia, aunque sin aparecer en sus libros.