«Con el corazón en vilo, como quien espera un reencuentro bonito, Te espero. Te espero paciente, con media sonrisa, entonando canciones en voz baja. Abriendo mis brazos para recibirte a bocanadas. Enciendo mis instintos y te huelo, te elevo. Eres mi luz y mi sentido más puro. Te espero en tus ojos, que son los míos. En tu pensamiento de puntillas. Te espero para salir de nuestro refugio y bailarnos al sol de cualquier Mayo. Rettando el paso del tiempo y queriéndote aún más, a cada experiencia y minuto a tu lado. Vuela conmigo mi vida, yo te doy mis alas, mi aliento y mi conciencia. Tú me haces más fuerte, más tuya que de nadie, y me faltan manos para seguir haciéndote nacer flores en casa, tu casa, tu corazón y mis ganas».