A veces el amor nos rompe, pero no entendemos hasta dónde. Creemos que somos capaces de controlar el mundo solos, pero siempre necesitamos alguien a nuestro lado. Por eso mismo nuestros seres queridos son la mayor arma contra nosotros mismos, nos condicionan y cambian nuestra voluntad, tanto para bien como para mal.
Ian era un chico con demasiados problemas encima y yo una loca enamorada que quería todo o nada. Nos rompió algo tan efímero, que la huella del otro se ha quedado grabada para siempre, como el agujero de una bala. Rápido. Certero.Mortal.
Jorge fue todo lo que busqué siempre, el cual encontré por casualidad. Con el corazón roto. Con él lo tenía todo, nunca faltó amor. Pero como casi todo lo que pasa en este mundo, no fue eterno como nos juramos en el altar. Un trágico accidente y mi todo se convirtió en nada. ¿Queréis saber qué me llevó a darme cuenta de lo rota que te deja el amor hacia otros?
Esta es nuestra historia, que ahora también es vuestra.