Adolfo Marchena en este último poemario, deja patente esa dicotomía que se da en los seres humanos entre lo que somos y lo que nos gustaría ser, entre la realidad y la ficción. Con su pluma hábil, utilizando la palabra exacta, apuesta por la autenticidad, sin ambigüedades y denuncia la hipocresía, las falsas apariencias.