El secreto del héroe consiste en despertar su pasión y aprovechar la energía que de ella se desprende como trampolín hacia la última meta. Esa pasión es una intensidad poderosa, pero que, en el guerrero espiritual, para realizar su heroicidad, no debe ser aferrante ni generar apegos o aversiones mecánicas. Estimula la vitalidad, ahora el interés profundo y vivo, pero no origina voracidad.