Se ha dicho que «posiblemente, el más acabado ejemplo del amor de los negros por la guitarra lo proporciona Miguel de Cervantes en El celoso extremeño, a través de uno de los personajes, el negro Luis». Y aunque sorprenda, esta pieza refleja el ambiente musical y de mezcla cultural de la España renacentista. El personaje de Luis se convierte en el punto de giro de la trama debido a su interés por la música.