La puerta del aula se cierra y te encuentras frente a 30 adolescentes o más. Da igual que hayas pasado 5 años en la universidad, nadie te ha enseñado qué hacer cuando un estudiante te falta al respeto. Si estás leyendo este libro es porque tienes vocación por educar y estás buscando respuestas. No estás solo, en este libro descubrirás lo que me hubiera gustado haber aprendido antes de mi primer año enseñando.